Recuerdos...
Ella respiraba suavemente a su lado. Era el único sonido que rompía el silencio -por lo demás absoluto- de la habitación en penumbra. La miró con ternura, y por un momento su voluntad flaqueó.Y ahora que siga alguien. O si no, designaré a alguien para pasarle el marrón. A ver si sale una historia chula.
El muchacho cerró los ojos y suspiró hondamente. Durante dos largos minutos, en cuclillas sobre el colchón, las manos cubriendo su cara, miles de recuerdos fluyeron por su mente. Momentos eternos de los años vividos junto a esta mujer. Momentos felices, momentos tristes, momentos en colores y en blanco y negro.
Levantó la cabeza de sus manos, los ojos brillando con el brillo vidrioso de las lágrimas. Miró de nuevo a la mujer que dormía plácidamente junto a él. Observó sus facciones suaves, su pelo largo y negro que reposaba sobre su cabeza, cubriendo los hombros. Era hermosa, y el muchacho se estremeció al darse cuenta de que, otra vez, la contemplaba por primera vez. Luego se levantó lentamente, intentando no despertarla, y se vistió en silencio. Abrió la puerta, y abandonó a la ahora desconocida compañera de tantos años.
Salió a la escalera, y luego al recibidor, y luego a la calle, y entró en el metro, y a la estación de trenes, y luego a otro país, y luego a la guerra. Siempre es mejor no recordar a quién dejas atrás, si has de morir.
Besitos...
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