Una jartá de pamplinas...

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domingo, julio 02, 2006

Fiesta, fiesta...

Ayer fue el desfile del Orgullo Gay 2006. Como en los cuatro años que llevo en Madrid no había ido nunca, a veces por no tener con quién ir, a veces por no haber podido, este año decidí aparecer por allí.

La verdad es que estuvo genial. Mucha, mucha gente (según organización, millón y medio de personas), mucha música, alegría, buen ánimo, y reivindicación. La verdad es que fue un respiro, y me sentí genial allí, en cierto modo acompañado y libre como no me había sentido en mucho tiempo.

Tras el desfile, la actuación de Chavela Vargas, con esa voz rota y rasgada que se te clava en el corazón. Y luego salió la Terremoto de Alcorcón, poniendo una nota de diversión y alegría.

Quizá lo peor fue la organización del desfile. Había muchos huecos entre las representaciones de las distintas asociaciones, y las carrozas tardaron bastante en salir de Alcalá. Me comentaba un amigo que este año se ha planteado como un ensayo del Europride 2007 del año que viene, que será aquí en Madrid, así que quizá haya sido un poco por eso.

Y ahora un comentario. Hay quien piensa que estas reivindicaciones están fuera de lugar ("No hay un día del Orgullo Hetero") Cuando me plantean estos temas, no sé a veces qué decir. Pero hoy lo sé, y lo tengo muy claro - Mientras en nuestra sociedad haya alguien que pueda ser marginado por sus preferencias sexuales, raza, religión u otros factores, hay que seguir reivindicando. Hay que mostrarse. Y hay que mostrarle a los demás que son sólo aspectos distintos de la misma normalidad y de la misma variedad humana. Hasta que puedan adoptar, hasta que los transexuales puedan elegir lo que quieren ser, hasta que en cada aspecto de la vida cotidiana no tengan los mismos derechos (y no sólo sobre el papel) que los demás, hay que seguir luchando.

Hoy y siempre, yo también soy un poco gay :)

Besitos

3 Comentarios:

  • El 7/03/2006 9:30 p. m., se hizo el silencio, y Anonymous Anónimo profirió…

    jejeje...ves como estás demagógico pisha? Independientemente de q puedas tener parte de razón...

    En cualquier caso, ¿todos tenemos derecho a todo lo q se nos ocurra? ¿Y ser progresista o estar comprometido es estar a favor de eso? Hmmm...creo q no es tan sencillo, al menos yo, q soy muy simple, no lo veo asín

    Me parece fantástico q todo se reivindique, pero no q todo se conceda: ser progresista o "tener talante" no es decir q sí a todo, ni consentirlo todo

    Un ejemplo, muy trillado por cierto: si alguien quiere casarse con tres personas, y q los 4 sean un matrimonio, con derecho a adoptar, q pasa? ¿se concede?¿soy un retrogrado por pensar q no se debe conceder ese derecho?¿estoy marginando a esas personas? Es irse al extremo, por supuesto, pero para mi es una muestra de q ser moderno mola mucho y esta de moda, pero con límites;)

    Ciao

     
  • El 7/03/2006 9:56 p. m., se hizo el silencio, y Blogger El Mario profirió…

    Pues yo creo que no estoy tan demagógico...

    No estoy planteando en ningún momento el libertinaje absoluto. Claro que no. Aquí sólo se está planteando la equiparación de los derechos de un sector de la población con los del resto. Un sector que está formado por personas adultas y responsables (unos más y unos menos, como en todos lados), y que tradicionalmente ha sido considerado enfermo, anormal, anómalo. Es más, esa equiparación de derechos no supone un menoscabo de los derechos del resto de la sociedad.

    Existe un factor que pesa aquí bastante: Este colectivo *representa* una realidad social. El colectivo homosexual siempre ha estado ahí. El colectivo transexual siempre ha estado ahí. Es una realidad intrínseca a la especie humana - aparte que el ejemplo que me has puesto es bastante malo, hay sociedades en las que está arraigada la poligamia e incluso la poliandria.

    No es una cuestión de ser moderno, ni progresista. Hay homosexuales en la derecha de este país, gente que no comparte los planteamientos de su grupo político en este aspecto. Es una realidad. Es algo que está ahí. Y simplemente se trata de elegir entre hacer que este grupo sea un grupo con plenos derechos, o mantenerles como gente de segunda clase.

     
  • El 7/16/2006 2:23 p. m., se hizo el silencio, y Blogger Mercedes profirió…

    Ser progresista o tener talante no es en verdad decir que sí a todo, sino que significa reconocer a todas las personas como individuos nacidos iguales, con los mismos derechos independientemente de su origen, sexo o condición. Reconocer los mismos derechos a los homosexuales ha supuesto la caída del último tabú en lo que a exclusión social se refiere, una vez que más o menos hemos aceptado en este país que hay gente que no se casa por la iglesia, que una mujer puede acceder a los mismos trabajos que un hombre, o que los hijos de una famili humilde también pueden ir a la universidad. Pensad que aunque ésto último ahora parezca una obviedad y para muchos no sea necesario ni mencionarlo, no hace tantos años eran imposibles, o si no, preguntadle a vuestros padres.
    En realidad Jouse, el ejemplo de la poligamia no está trillado sino trilladísimo y no tiene comparación con el tema de que estamos hablando. Sólo hay que echar un vistado a las sociedades en las que la poligamia es práctica habitual, como los países musulmanes, que es el ejemplo más cercano. En ellas, la mujer es poco menos que una propiedad de su marido, y un hombre tiene varias como el que tiene varias vacas. Nadie piensa cuando se casa en realizar un proyecto de vida común con una persona, sino en procrear, los que tienen bienes, para procurar herederos que los conserven, los que no, para que los hijos se conviertan en una fuerza de trabajo o incluso en moneda de cambio, normalmente, negociando con las bodas de las hijas, las que prácticamente son vendidas en la adolescencia.
    Un hombre que ya tiene una esposa no toma otra porque las quiera a las dos y no sepa por cuál decidirse, la toma para tener más hijos, conseguir una buena dote, establecer una alianza a través de lazos familiares o conseguir a una chica más joven que le cuide en su vejez. Así que no me vengan con cuentos a la hora de decir que ya puestos, legalicemos la poligamia, porque ese tipo de situaciones no es admisible en un país que se dice civilizado como España.
    El matrimonio no es más que una isntitución que permite que la unión entre dos personas sea reconocida por el estado y la sociedad, y son dos porque es la única forma de garantizar la igualdad de ambos. Que sean del sexo que sean, es algo que ni nos va ni nos viene, admitir el matrimonio homosexual no es un ataque al la familia, significa sólo ampliar el concepto.

     

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