Despertando...
Tengo ya casi todo embalado.
En unos días estaré (espero) desembalando cosas en mi nuevo piso, con mi chica. Ahora mismo tengo bastantes sensaciones entremezcladas, y poco a poco voy percibiendo el sabor de cada una de ellas.
Siento un poco de nostalgia, por dejar atrás la ciudad que ha sido mi hogar durante estos seis años, y en la que tantas cosas me han pasado. Aquí dejé de ser un crío, he aprendido a valerme por mí mismo en situaciones bastante difíciles, y he hecho bastantes -buenos- amigos. Me he independizado, primero en un piso compartido, y luego como un soltero solitario. Y ahora voy a probar la vida en pareja.
Siento un poco de miedo, porque tengo ante mí la vida en una ciudad nueva, y tengo que buscar un trabajo nuevo. Quiero probar nuevas cosas que hacer, nuevos empleos. Quiero probarme a mí mismo. Si puedo permitírmelo, no quiero mirar atrás. Quiero experimentar. Se me ocurre que quizá esto que siento no es miedo, sino la ansiedad que precede a una nueva aventura, a una nueva etapa del viaje.
Y siento que estoy volviendo a despertarme. Este mes he estado durmiendo, durmiendo ese sueño profundo y tranquilo que sobreviene tras un prolongado esfuerzo. Demasiado esfuerzo. Mi mente ahora empieza a recuperar su forma habitual, tras haberse estirado mucho, durante mucho, mucho tiempo, y empieza a querer salir de la cama y respirar aire nuevo y hacer cosas y desafiar al mundo.
Y siento unas ganas enormes de mirar a mi lado en la cama y decirle "Buenos días, amor" mientras beso su dulce naricilla...
Besitos...
En unos días estaré (espero) desembalando cosas en mi nuevo piso, con mi chica. Ahora mismo tengo bastantes sensaciones entremezcladas, y poco a poco voy percibiendo el sabor de cada una de ellas.
Siento un poco de nostalgia, por dejar atrás la ciudad que ha sido mi hogar durante estos seis años, y en la que tantas cosas me han pasado. Aquí dejé de ser un crío, he aprendido a valerme por mí mismo en situaciones bastante difíciles, y he hecho bastantes -buenos- amigos. Me he independizado, primero en un piso compartido, y luego como un soltero solitario. Y ahora voy a probar la vida en pareja.
Siento un poco de miedo, porque tengo ante mí la vida en una ciudad nueva, y tengo que buscar un trabajo nuevo. Quiero probar nuevas cosas que hacer, nuevos empleos. Quiero probarme a mí mismo. Si puedo permitírmelo, no quiero mirar atrás. Quiero experimentar. Se me ocurre que quizá esto que siento no es miedo, sino la ansiedad que precede a una nueva aventura, a una nueva etapa del viaje.
Y siento que estoy volviendo a despertarme. Este mes he estado durmiendo, durmiendo ese sueño profundo y tranquilo que sobreviene tras un prolongado esfuerzo. Demasiado esfuerzo. Mi mente ahora empieza a recuperar su forma habitual, tras haberse estirado mucho, durante mucho, mucho tiempo, y empieza a querer salir de la cama y respirar aire nuevo y hacer cosas y desafiar al mundo.
Y siento unas ganas enormes de mirar a mi lado en la cama y decirle "Buenos días, amor" mientras beso su dulce naricilla...
Besitos...
Etiquetas: cosas que pasan, ta-ta tararararará